Test en el Ultra Trail du Mont Blanc 2025

Tras varias veces viniendo a este evento tan increíble como es el ultra trail del Montblanc, este año iba a ser algo distinto. Durante todo el año he tenido las ganas de competir en la CCC pero debo decir que desde el esguince que me hice en abril, las terribles olas de calor de la zona donde vivo y con el poco tiempo disponible, no he sido capaz de llegar en condiciones de poder ni siquiera acabar la carrera con seguridad y Trail Moixeró fue la prueba definitiva que me puso en situación y me ayudó a tomar la mejor decisión al respecto, no correr (un año más).

Según como se mire, para muchos sería algo negativo, sin embargo y desde mi punto de vista, esto me ha permitido disfrutar de todo lo que conlleva un evento de este tamaño y poder aprovechar para probar novedades que de otra manera sería imposible descubrir y que quiero compartir. 

Lo primero que destacaría es la gran presencia de marcas del continente asiático (sobre todo marcas chinas) y que cada vez vemos más a menudo entre los corredores. Marcas como Kailas, Nedao o Aonijie está claro que ya se han establecido en nuestro mercado en mayor o menor medida, pero otras están dando sus primeros pasos,y en este sentido destacaría Goldwin que vino desde Japón para presentar su prototipo de chaqueta impermeable con sistema inflable para darle mayor protección térmica, pero que tiene una gran colección de textil lleno de estilo, elegancia y funcionalidad.

En lo que a calzado se refiere encontramos a Ulu y Tsubo. Ambas marcas presentaron modelos con materiales de gran calidad como Vibram o Dyneema. En el caso de Ulu además fueron ganadoras en los premios ISPO 2024, tal y como ya hiciera Mount to Coast en 2023 y que este año entrará en nuestro mercado, así que quién sabe si en unos años empezaremos a ver estos modelos en nuestros trails. Tsubo por su lado presentaba un modelo rompedor que me recordó a las Nnormal Kboix y el sistema de mediasuela extraíble. ¿Irá hacia este tipo de concepto el mercado en unos años? ¿Quizás empezaremos a ver modelos con diferentes densidades para que cada corredor la pueda adaptar a sus necesidades y gustos? Sea como sea no pude calzarme ninguna de estas zapatillas y correr por los senderos cercanos, así que de momento, me quedo con las ganas.

Por otro lado, las marcas más conocidas también hicieron los deberes y llevaron sus nuevos modelos o colecciones como por ejemplo Brooks con sus Cascadia Elite que sin duda van a ser una de las zapatillas más demandadas del próximo año ya que viene con suela Vibram algo que le faltaba a los modelos de la marca, además del tejido Matrix y una placa de carbono y Pebax en forma de herradura para darle reactividad y adaptabilidad. También Nike llegó con su nueva ACG Ultrafly 2 que la podríamos definir como una zapatilla de asfalto muy bien adaptada a la montaña y también con suela Vibram. Y como el mercado ya no es cosa de marcas top, Kiprun también se presentó con un modelo nuevo para competición con tejido Matrix EVO, tacos de 5mm y con el espíritu “accesible” ya que su precio se sitúa en los 140€. 

Pero esto son solo algunas de las marcas que pude tocar y/o probarme en el stand aunque sin salir a correr por la zona y probarlas sobre el terreno. No obstante, sí disfruté probando otros modelos de zapatillas, complementos y productos de nutrición que salen de lo que normalmente conocemos y que me dejaron gratamente sorprendido en todos los casos, como sería el caso por ejemplo de la nueva tecnología de Nike ACG y su Radical Airflow que ya vimos en algunas carreras este año en corredores como Caleb Olson. Tecnología que sin duda es una auténtica locura ya que mejora la circulación de aire obteniendo un mayor frescor en nuestra piel. Algo realmente rompedor que no se trata solo de estética y moda, si no de un avance que seguro empezaremos a ver cada vez más en competiciones tanto de montaña como de asfalto.

En lo que respecta a la nutrición, como siempre todas las marcas mostraron sus productos y novedades con tests de todo tipo, pero como no soy experto, simplemente mencionaré aquello que me gustó sin entrar al detalle de la parte nutricional. En este sentido destacaría Yanaa, una nueva marca francesa que llega con sabores muy diferentes a lo que normalmente encontramos y que os aseguro que están increíblemente buenos. Una propuesta basada en la nutrición deportiva desde un punto de vista gastronómico que trae con ella 3 sabores (4 durante la feria) únicos. Limón y aceite de oliva (como un hummus), guisantes con menta y especias madras, además de un cuarto sabor único para el evento que era de olivas negras y que aquí podemos asimilarlo a la olivada. Ya he visto otras marcas que apuestan por el buen sabor desde la visión del cocinero como sería el caso de MuchMore de Nandu Jubany.

Y ahora sí que voy a explayarme un poco más en los test de producto que pude hacer sobre el terreno y a contar mis impresiones en cada caso.

Norda 001A

Llevaba tiempo con ganas de probar esta marca. Su estética sin duda es algo que llama la atención, pero siempre pensamos que una zapatilla bonita no puede ser además una buena opción para correr con ella. Pues bien, en este caso os puedo decir que esto no se cumple. Sin ser la más rápida de la colección, las sensaciones y los ritmos eran sorprendentemente rápidos ya que la zapatilla es muy poco pesada y muy dinámica. Es cierto que no se trata de una zapatilla para todos los bolsillos dado su elevado precio ni tampoco para todos los públicos por sus características, pero si buscas un modelo cómodo, rápido y con un punto de estética, sin demasiada amortiguación y que te permita correr libre, esta puede ser una muy buena opción, e insisto en que no es ni de lejos su modelo más reactivo y rápido.

Kailas Fuga EX 330

Para los fans de las zapatillas amortiguadas y cómodas (como yo), este modelo será un auténtico caramelo. Kailas se está posicionando como una de las opciones más interesantes para la larga distancia, pero yo diría que no solo para carreras de 100k o más, si no para aquellos corredores que puedan estar más de 5h en carrera y que quieran una zapatilla que les garantice comodidad durante todo el tiempo además de buenas sensaciones en aquellas zonas donde se pueda correr mínimamente, porque a pesar de su aspecto tosco y lento, este modelo te deja correr y mucho, eso sí, cuidado con las zonas técnicas a nivel de talón ya puedes notar perder estabilidad si buscas el primer contacto con esta zona. Como puntos positivos a tener en cuenta está su suela que se agarra en todo tipo de situaciones, un compuesto blando y reactivo, el upper ultra resistente y la anchura delantera de la zapatilla. 

Merrell MTL Adapt Matrix

Si tuviera que definir este modelo en una frase sin duda sería “un tanque GTI”. Posiblemente sea el modelo que más me ha sorprendido de los que he probado en muchos años y es que su aspecto y su manera de desenvolverse no tienen nada que ver. Cuando vemos este tipo de zapatillas altas y voluminosas, pensamos en zapatillas blandas, pesadas, poco reactivas y lentas, muy lentas… Pues en este caso, nada de eso. La Merrell MTL Adapt Matrix es rápida, es estable y se siente muy poco pesada. Su suela es una maravilla en todo tipo de terrenos. Su upper es cómodo y agarra perfectamente el pie y esto se ve acentuado aún más con esa mediasuela alta que rodea el pie desde abajo (el famoso encapsulado), ya que en realidad el pie va más abajo de lo que pensamos. Todo esto y su espuma firme y reactiva la convierten en una zapatilla con muchas ganas de ritmo apta para ir por cualquier terreno.

Kailas Fuga Air 13 II

He tenido la suerte de poder probar varios chalecos de trail y con sistemas diferentes en cuanto al cierre o enganche, pero con este he descubierto un nuevo nivel, y es que lo más destacable de este chaleco (pero no lo único destacable) es su sistema ADF (All-round Dial Fit) que funciona como el famoso BOA, y que permite poder ajustar el chaleco adaptándolo a cada momento, carga o cuerpo. 

Pero como ya he dicho, no es lo único destacable y en este sentido los materiales utilizados para mejorar la transpirabilidad son brutales, la disposición del sistema de sujeción de los palos es óptima y, como no, su gran capacidad gracias a sus bolsillos que te permiten distribuir perfectamente toda nuestra nutrición y complementos para disfrutar sin rebotes molestos en nuestras salidas de trail. No obstante, si nos gusta disponer de un gran bolsillo en la espalda, este no es tu chaleco ya que en este sentido, Kailas opta por separar en varias secciones la parte trasera para poder acceder más fácilmente a algunos de estos compartimentos durante la carrera sin tener que quitarte el chaleco.

Y hasta aquí puedo contar. Espero que os haya gustado este resumen de lo vivido en el UTMB25 sin dorsal y con algo de tiempo para disfrutar de los senderos que rodean Chamonix-Mont Blanc.

Disfrutando la Val d’Aran by UTMB

Hoy en día existen todo tipo de carreras, ya sea en cuanto a distancia, a desnivel, a tecnicidad e incluso las podemos encontrar por etapas. Pero sea como sea, un evento no será más grande o más pequeño por estos aspectos, si no por el trabajo que se lleva a cabo por parte de la organización para que esto sea así. Y en este sentido, la Hoka Val d’Aran by UTMB es un evento de los más grandes no solo a nivel nacional si no también internacional.

Como corredor siempre miro mucho las carreras en las que me planteo participar, a fin de cuentas, suponen un gran coste y no solo económico, así que el motivo tiene que estar justificado y desde luego un evento UTMB siempre tiene un puntito de más, pero en este caso, tiene mucho más que eso.

Poder correr en la Val d’Aran es uno de los mayores placeres que nos puede dar este deporte. Sus paisajes, sus lagos, sus montañas y bosques son totalmente increíbles además de ser un terreno de los más exigentes que seguro te pondrá a prueba en cada paso que des. 

Este año, y tras varios años queriendo, de nuevo he corrido la Peades d’Aigua (PDA) la carrera de 55 kilómetros con 3300 metros de desnivel positivo que sale de Salardú en dirección al “Circ de Colomers” para luego bajar de nuevo hasta Artíes y desde allí afrontar el “Tuc de Meddia” y acabar con una increíble bajada hasta el corazón de Vielha. En su primera edición el recorrido era algo diferente y se salía desde el Pla de Beret recorriendo más zona alta tras el paso por el refugio de Colomers. Sea como sea, el track actual no se pudo completar del todo debido a las inclemencias del tiempo, y el recorrido final se modificó para evitar la última cima por el riesgo de tormenta durante la tarde.

Hay que decir que la carrera para mi fue una mezcla entre cautela y disfrute. Por un lado, la baja carga de kilómetros en los últimos meses, el poco desnivel entrenado y la poca continuidad debido al día a día me hacían estar lejos de donde me hubiera gustado en cuanto al estado de forma, ya se sabe, en casa del herrero… y sumado a esto, el conocimiento de la zona y de su dureza me mantenían con los pies en la tierra y con más calma de lo habitual. El objetivo era muy claro. Acabar.

Por otro lado, llevar tantos años compitiendo y conociendo mi cuerpo me permitía poder gestionar bien mis fuerzas y disfrutar de todos los lugares por donde iba pasando con más o menos una sonrisa en todo momento.

Y es que por mucho que digamos, a veces la competición no está en la clasificación si no en esa lucha interna entre la realidad y la idealización. Ese saber mantener la calma, el famoso no calentarse, el saber ir en el lugar real en el que sabes que puedes ir, sin importar si está bien o mal, porque aunque no lo digamos, en el fondo somos corredores y nos encanta mejorar nuestras marcas o nuestro rendimiento y esto a veces es un arma de doble filo que nos puede jugar una mala pasada. 

Saludar en los avituallamientos, dar las gracias a los voluntarios, mirar el paisaje (cuando el terreno me lo permitía) o poder interactuar con otros corredores y corredoras fue clave para cruzar la meta de este reto pero sobre todo para poder disfrutarlo. Además saber que tanto en Artíes como en meta, me esperaba un chute de energía brutal de los dos motores que me hacen seguir cuando las cosas realmente se complican era sin duda la guinda perfecta para este pastel. 

A ellas, gracias por estar siempre ahí.

Quizás en el futuro volveré a correr esta carrera, no lo sé, de hecho muy posiblemente, aunque no tenga claro cuando. Sea como sea, si tienes la oportunidad de participar en este evento, da igual la distancia que sea, hazlo. Vale la pena disfrutarlo al menos una vez y enamorarse de nuestras increíbles y majestuosas montañas.

¿Cómo afronto una lesión?

Ya que estas últimas semanas mi tobillo ha decidido que paremos máquinas, qué mejor tema para escribir que el de ¿Cómo afrontar una lesión deportiva?

Para empezar vamos a comentar muy por encima algunos aspectos acerca de las lesiones. Es evidente que nadie quiere lesionarse, y en cierto modo, hacer las cosas de una determinada manera va de la mano con la prevención de las mismas, pero la realidad es que no siempre podremos evitarlas. 

Dentro de las lesiones que solemos sufrir tenemos las lesiones agudas y las lesiones crónicas. Las lesiones agudas serían aquellas que se producen de manera repentina como podrían ser un esguince, una luxación o una fractura. Este tipo de lesiones suelen aparecer de repente y no son lesiones que podamos evitar ajustando la carga o cualquier otro parámetro controlable como sí podríamos hacer en algunas lesiones crónicas.

Las lesiones crónicas en cambio son aquellas que vienen producidas por repetición o estrés como podría ser una tendinitis o una fascitis por ejemplo, y en este sentido dentro de este tipo de lesiones podríamos encontrar lesiones musculares como las sobrecargas y las contracturas o también lesiones articulares como las bursitis. 

Dicho esto, ¿cómo gestionamos una lesión?

Lo primero de todo es mantener la calma, muchas veces no se puede valorar el grado de la lesión en un primer momento y aunque pueda ser algo leve, nuestra cabeza siempre nos jugará malas pasadas y nos pondrá en el peor de los escenarios, por lo que, calma. En este momento lo mejor es contactar con un especialista de confianza para poder hacer esta valoración lo antes posible. Ten en cuenta que demorar esta fase unos días podrá alargar todo el proceso hasta varias semanas, por lo que es muy importante abordarlo cuanto antes.

Algo que nos puede sorprender o chocar son los propios métodos, técnicas o consejos que cada profesional pueda darnos. Por ejemplo, y sin querer generar debate, el no utilizar ningún tipo de antiinflamatorio (como sucedió en mi caso). Aunque pueda parecer ilógico y pueda generar discrepancias o incluso discusiones, debemos considerar que el cuerpo tiene su propio sistema de emergencia y la inflamación forma parte de ese sistema para proteger y activar la regeneración de la zona afectada. En este sentido, como ya hemos dicho, mantén la calma y confía tanto en el profesional como en el proceso. A fin de cuentas es lo único que podemos hacer en este punto.

Una vez tenemos la valoración empezaremos con la recuperación paso a paso según nos indiquen. Esto puede durar desde unos días hasta meses dependiendo del grado de lesión por ello, calma, no tengas prisa. No por ir más rápido o hacer más cosas te recuperarás antes. En esta parte, podemos tener en cuenta algunos aspectos para lidiar con la situación:

  • Aprovecha para trabajar y/o relajar la mente, busca actividades diferentes o que en el día a día no suelas hacer y que te ayuden a desconectar de la lesión. Leer, escribir, meditar, tomar el sol…
  • En algunas lesiones podremos entrenar con moderación o en otro tipo de dinámicas a muy baja intensidad. Sobre todo y de nuevo, mantén mucho la calma, es muy común alargar una recuperación por querer volver a tener esas buenas sensaciones y acabar recayendo. No tengas prisa, si no te juegas tu trabajo, no la hay.
  • Perder o no perder la forma dependerá del grado de lesión, pero ten en cuenta que en muchos casos, se puede evitar la pérdida de forma utilizando la piscina, la bicicleta o una elíptica por ejemplo, y del mismo modo, nadie dice que no puedas aprovechar para descansar un poco más de lo normal, pero si lo haces que no sea un descanso absoluto, el movimiento y la actividad física siempre acelerarán la recuperación.
  • Como en todo proceso o evolución, tenlo claro, habrá altibajos. Puede que un día notes una gran mejoría y veas la luz y que al día siguiente vuelvas a tener dolor o sensaciones malas. Es completamente normal. Como ya hemos dicho, paso a paso, mantén la calma y confía en el proceso.
  • Mantén el optimismo, la esperanza y visualiza el momento de volver. La mente es muy poderosa y si la trabajamos y focalizamos podemos tener importantes cambios no solo en nuestra actitud frente a la lesión sino incluso en la propia recuperación. Por ello, mantente focus y positivo en el mayor tiempo posible.

Seguro que habrá muchos más consejos para aplicar, no obstante, creo que estos serían a groso modo los que me parecen más relevantes y aplicables en mayor medida. 

Nos vemos en los caminos. 

Cómo hago mi balance

Arranca un nuevo año y con ello vienen los balances y los propósitos. Pero ¿qué es lo que podemos tener en cuenta a la hora de hacer nuestro balance? 

Para muchos el balance anual se basa en cuantas marcas he batido, cuantos buenos resultados he logrado o cuántas carreras ha finalizado. Y no digo que esté bien ni mal, pero simplemente es como querer comprender un libro leyendo la portada y la contraportada. 

Algunos dirán que además de esto es bueno añadir también cuantos kilómetros y horas de entrenamiento hemos acumulado, o cuanto desnivel. Y sí, en algunos casos, todos estos parámetros son buenos aspectos a valorar, sobre todo si hablamos de deportistas de cierto nivel.

Pues bien, hoy os mostraré mi balance para que podáis conocer cómo y qué tengo en cuenta al finalizar mis temporadas. Insisto en que no es ni mejor ni peor, ya que no existe un criterio único y válido, simplemente es el que me ha dado un resultado más ajustado a mi realidad y necesidades y con el que he podido ser más constructivo de cara a la temporada siguiente.

En este sentido, valoro principalmente 3 aspectos:

  • ¿Cuántas carreras he disfrutado y cuantas he sufrido?
  • ¿Has disfrutado del proceso de preparación?
  • ¿He sabido adaptarme y aprender de las situaciones vividas durante la preparación o durante las carreras en esta temporada?

Una vez que he analizado el año desde estos puntos de vista, analizo los datos de la temporada y desde un punto de vista más técnico y objetivo saco conclusiones de aquello que se podía haber hecho mejor y de lo que no se pudo hacer para intentar mejorarlo en la siguiente temporada ya que al final en este proceso debemos poder obtener conclusiones que nos ayuden a trazar el siguiente plan de acción y no quedarnos solo en si ha sido o no un buen año.

Así pues, os dejo mi balance del 2024.

¿Cuántas carreras he disfrutado y cuantas he sufrido?

Este año ha sido un año de pocas carreras (5 objetivos planeados / 4 finalizados / 1 no presentado), pero a pesar de ello he podido disfrutar en líneas generales pudiendo cumplir con el plan en cada caso además de disfrutar de cada evento en sí. Por otro lado, cabe destacar que los planes definidos han sido muy realistas y teniendo como objetivos el finalizar sin dolores ni molestias debido a la baja preparación que he llevado. 

Prueba de esta falta de preparación fue el haber tenido que cancelar el gran reto de temporada, la CCC del UTMB. En este sentido, el aspecto emocional ha tenido un papel muy relevante tanto para bien como para mal.

¿Has disfrutado del proceso de preparación?

El 2024 ha sido un año de muchos altibajos donde se han visto 3 grandes ciclos. Un primer ciclo desde la “pretemporada” (inicio de pretemporada en noviembre del 2023) hasta abril donde tenía el primer gran reto, la CBSR. En este ciclo, además de tener una mejora en mi rendimiento durante la preparación, los resultados se vieron muy impactados por una pérdida personal dando como resultado una gran desmotivación.

Tras este ciclo y con la CBSR finalizada con un sabor agridulce, empezó un ciclo de bajada de rendimiento fruto de la desgana y del estrés emocional vivido que se traducía en cero disfrute con el entrenamiento. Por ello afronté con muy poca carga y con bloqueos musculares al segundo reto de la temporada la Experience de la Val d’Aran by UTMB donde acabé cumpliendo con el plan definido (muy realista y realizable) y donde pude eliminar las dudas acerca de la no participación en la CCC del UTMB dos meses después. 

Desde ahí hasta final de temporada todo se ha ido remontando poco a poco y he ido encontrando buenas sensaciones, motivación pero sobre todo volviendo a disfrutar de cada salida de entrenamiento.

¿He sabido adaptarme y aprender de las situaciones vividas durante la preparación o la carrera esta temporada?

Creo que este año ha sido un año muy complejo emocionalmente y por ello he podido aprender mucho acerca de mi capacidad de resistir y de mi capacidad de superar un reto. Esto era algo que llevaba tiempo sin encontrar. Del mismo modo, ser capaz de entender y aceptar el problema me ha permitido tomar decisiones complejas evitando un mayor grado de desgaste, insatisfacción o incluso lesiones.

Análisis de los datos de la temporada:

A nivel de números, el rendimiento obtenido en carrera no ha sido el mejor, pero dado la bajada de kilómetros (1600kms vs 2200), desnivel (+30000 vs +44500) y horas de entrenamiento (187h vs 269h) no puedo decir que haya sido un mal año en líneas generales.

Conclusiones:

De cara a este 2025 creo que he obtenido una mayor fortaleza mental y una capacidad de gestionar incertidumbres o dificultades que llevaba tiempo sin trabajar. Además, creo que llego al inicio de año en un estado de forma mejor que los últimos años, con una mayor motivación y con el foco mucho más puesto en disfrutar del proceso. 

Para esta temporada y dado los objetivos definidos, priorizaré entrenamientos que me permitan disfrutar y despejar la mente pero que me ayuden a mantener o incrementar mi rendimiento en larga distancia. Quiero priorizar el volumen a la intensidad para así poder mantener la carga debido a las dificultades que he ido viendo en momentos de estrés con los entrenamientos de más calidad. Además trabajaré en una de mis debilidades aumentando el total de sesiones de fuerza para reducir lesiones y mejorar tanto en subidas como en bajada.

A modo de cierre, este año quiero que sea un año lleno de retos que me motiven y me hagan disfrutar con cada dorsal independientemente del resultado obtenido en cada uno de ellos. 

Normalicemos retirarnos

Una retirada a tiempo es una victoria.

Todo el mundo conoce esta frase, sin embargo las retiradas son uno de los temas que menos se suele hablar de manera positiva entre corredores y no corredores. Con demasiada frecuencia, una retirada viene acompañada de burlas o críticas, tanto es así que seguramente hayas oído comentarios como: “hay que llegar a meta sea como sea”, “se ha retirado porque es un flojo”, “¿ya te has rajado?”, “se retiran porque les regalan el dorsal” y un largo etcétera.

Es por ello que hoy quiero compartir mi punto de vista y alguna experiencia vivida. Llevo más de 25 años corriendo y por suerte realmente han sido pocas las veces que me he tenido que retirar o renunciar a estar en la línea de salida de una carrera. Sea como sea, desde el momento en que te planteas hacerlo hasta que finalmente tomamos la decisión, se debe de hacer todo un proceso interno antes, durante y después del cual me gustaría hablar.

Ya sea las semanas previas o durante el transcurso de una carrera, está claro que nunca debemos rendirnos al primer pensamiento negativo que tengamos, a fin de cuentas, de esto va el deporte, de superarnos. No obstante, a veces llegaremos a ese punto en el que deberemos empezar un auto debate acerca de qué está sucediendo y cómo podemos gestionarlo y en el 99% de los casos, llegaremos hasta el final. 

Como siempre digo, en el trail constantemente vamos tirando una moneda al aire, a veces saldrá cara y a veces cruz, la diferencia radicará en cuantas cruces seremos capaces de gestionar.

Entonces, ¿cuándo debería empezar a plantearme una retirada? Para mi es muy simple, cuando mi salud está claramente comprometida o en riesgo. Este es sin duda un punto complicado, pero hay que entender que cuando sometemos al cuerpo a una carga extrema para la que nos hemos preparado, pueden ocurrir accidentes pero por lo general tenemos muchas adaptaciones y recursos para superar muchos imprevistos y situaciones complejas, sin embargo, cuando sobrepasamos los límites y nos exponemos a situaciones fuera de nuestro control podemos generar un gran colapso en nuestro organismo y llevarlo a puntos críticos que nos dejen temporalmente o incluso permanentemente apartados de nuestra práctica deportiva. 

En mi caso, el año pasado en la CCC (100k +6000), una prueba que no había preparado al 100% para poder llegar a meta en torno a las 15h, pero que sí podía completar en 17h o 18h. Sin embargo desde el Gran Col Ferret, un dolor fuerte apareció en la zona lumbar y me dejaba sin poder correr ni trotar en las bajadas y en los planos. Al llegar a la Fouly, intenté colocarme mejor la mochila pero el dolor seguía y lo peor es que iba a más, así que en Champex Lac tenía que tomar una decisión.

El 90%-95% de los participantes de una carrera no se juega nada, por ello tendríamos que priorizar siempre nuestra salud por encima de una medalla o de ser finisher. Así que las opciones eran seguir andando hasta la meta durante unas 10, 12 o más horas o retirarse antes de hacerme más daño. La decisión era bastante clara.

Durante dos días me costó dormir tumbado boca arriba por lo que no quiero imaginar qué habría pasado si hubiera seguido en carrera y más teniendo que conducir de nuevo hasta casa a los pocos días.

Aún a día de hoy me pregunto si hice lo correcto, si debería haber seguido un poco más, si lo podría haber evitado colocando el peso de otro modo o si no tendría que haber elegido ese material, esto es inevitable pero sea como sea, no me arrepiento de la decisión. Del mismo modo que tampoco me arrepiento de haberme retirado con una fatiga extrema en otras carreras o de cancelar mi inscripción a un mes de la CCC 2024 debido a no haber entrenado los últimos 4 meses y no tener la suficiente motivación ni mentalidad para intentar disfrutar ni que sea de una parte del recorrido.

No son decisiones que se toman a la ligera ni son agradables para nadie, y en esto incluyo a los élites que en muchos casos sí se juegan su sueldo, y por ello no debemos avergonzarnos. Podemos y debemos sentirnos orgullosos de haber sabido comprender el contexto y la situación, haber analizado los pros y contras y haber tomado una decisión pensando en el bien propio y no buscando una aprobación social que no nos hará ser mejores deportistas ni personas. 

Tips para entrenar en trail running

A correr se aprende corriendo.

A pesar de lo obvio y sencillo de esta frase, muchas son las veces que tengo que hacer uso de ella con mis corredores para recordarles la importancia que pueden tener cada uno de los entrenamientos que planificamos.

Si nos quedamos simplemente en el significado de lo que dice, seguramente se malinterprete ya que vendría a decir que poco más hace falta hacer para mejorar y correr a buen ritmo. No obstante, cuando me refiero a ella, mi intención es hacer entender que para poder mejorar en un aspecto, debemos profundizar en ello y dedicarle tiempo y que correr no es solo correr. 

Dicho esto, entonces ¿Qué debo entrenar para una carrera de trail running? 

Pues lo ideal será todo aquello que caracteriza a la propia carrera y que requiere de entrenarse, y siempre partiendo de lo más genérico hacia lo más específico. Así que sin tener en cuenta la base y la condición física encontraremos las subidas, las bajadas, los llanos, el tipo de perfil, las pendientes que encontraremos, el terreno y un largo etcétera, y es aquí donde la frase obtiene, ahora sí, todo su significado.

Por ello y para ayudar, a modo muy resumido, voy a dar algunos tips que puedes aplicar para variar tus salidas y preparar un poco mejor tus objetivos una vez tengas una buena base sobre la que poder ir construyendo.

  • Ve de lo general a lo específico. Intenta que a medida que se acerca la fecha objetivo, tus entrenamientos sean cada vez más parecidos a la carrera o incluso simulando situaciones muy parecidas.
  • Entrena las subidas. No es lo mismo 20k con +1000 en un recorrido con una larga subida y bajada que en un recorrido donde hay tres o cuatro subidas y bajadas, por ello intenta ir haciendo un trabajo que poco a poco pueda tener cierta similitud con el perfil del evento.
  • Entrénate para las bajadas. Este aspecto es quizás el más delicado debido a que las bajadas son altamente lesivas por lo que hacer entrenamientos específicos no siempre es recomendable. Por ello, en este aspecto mi recomendación será trabajar la fuerza a nivel estabilidad y a nivel potencia. Si mejoramos este aspecto, podemos asegurar no sufrir tanto en los días de trail en la montaña, momento en el cual podremos poner el foco en la técnica de bajada para así conseguir una mejora en nuestros descensos.
  • Mejora en el llano. Aunque no lo parezca entrenar en plano también tiene muchos beneficios de cara al trail running, no solo porque nos permite entrenar el metabolismo si no porque nos ayudará a ser más eficientes. Recuerda que tener una mejor economía de carrera puede suponer reducir considerablemente nuestro desgaste en muchos kilómetros de carrera.
  • No te olvides del andar. Este aspecto muchas veces es el más olvidado por la mayoría de corredores. Cuando hablamos de carreras, pensamos únicamente en correr y no entendemos que en según qué momentos (pendientes muy fuertes o zonas muy técnicas) o distancias (ultra fondo), andar puede suponer fácilmente más de la mitad de la carrera o incluso ¾ partes del total, por lo que nuestro cronómetro acumulará minutos a cada kilómetro si no entrenamos este aspecto. 
  • Entrena el terreno. Lo ideal siempre es poder hacer un reconocimiento previo a la carrera, pero no siempre se puede ir una o dos semanas antes de un evento a hacer el recorrido en diferentes etapas a modo entrenamiento. Por ello, poder tener cerca de nuestra zona de entrenamiento diferentes tipos de terrenos puede ayudarnos a simular segmentos de carrera.

Está claro que esto son solo algunos aspectos que no recomiendo dejar de lado cuando preparamos nuestras carreras y que el entrenamiento bien pautado y estructurado es mucho más complejo y amplio. No obstante, aplicar estos consejos puede que suponga evitar una retirada o incluso aprender a mejorar nuestro rendimiento en algún aspecto de nuestro perfil como corredor, ya sean las subidas, las bajadas, las zonas técnicas o nuestro ritmo andando en ultra fondo.

Correr por sensaciones

Parece que fue hace mucho pero en realidad no hace tanto tiempo que para entrenar se necesitaba poco más que una camiseta de algodón, un cronómetro y unas zapatillas. Y la verdad, ¿para qué más? a fin de cuentas siempre se corría dando vueltas a una pista y la mayor motivación que podías tener mientras lo hacías era el saber si serías capaz de clavar el ritmo objetivo y/o superarlo.

Sin embargo, a día de hoy, pocos son los que se plantean entrenar sin llevar un dispositivo capaz de medir velocidad, ritmo, distancia, frecuencia cardíaca, altimetrías o potencia entre otros.

Por ello me gustaría hablaros de algo que a veces subestimamos que es el entrenamiento por sensaciones. Una manera de valorar no solo nuestros entrenamientos a nivel deportivo, si no también a nuestro rendimiento desde un plano más holístico. Pero para poder explicarme mejor, voy a utilizar un ejemplo que, a groso modo, muestre las ventajas que podremos obtener de aprender a escuchar nuestro cuerpo.

Como entrenador definir un entrenamiento a un corredor puede parecer fácil, por lo que añadir por ejemplo cuatro series de mil metros a ritmo de cuatro minutos el kilómetro en una semana a un corredor puede ser algo aparentemente simple. Y del mismo modo se debería de esperar que el corredor (pongamos un corredor que puede hacerlas a ritmos más rápidos con relativa facilidad) cumplirá el entrenamiento sin demasiada complicación.

Y así debería de ser si nos basamos en los datos. Si tenemos bien definidas zonas de cardio y de ritmo, no debería haber complicación. Por ello, se podría decir que pueden pasar tres cosas principalmente:
Que vaya demasiado alto de ritmo o cardio obteniendo una carga más elevada a la calculada.
Que vaya en zona de trabajo objetivo.
Que vaya demasiado bajo obteniendo una carga de entrenamiento más baja de lo que realmente debería.

Todo ello teniendo en cuenta una medición perfecta y sin fallos, cosa que a veces no se puede asegurar.

Pero qué pasa con esos otros factores externos que los relojes a día de hoy no nos “pueden medir” (aunque la cosa ya está avanzando en este sentido) y que podrían afectar al rendimiento del deportista, como por ejemplo podrían ser los factores medioambientales (viento, lluvia, calor…). ¿Deberíamos tenerlos en cuenta?

Pues bien, a nivel personal ocurre algo similar, nuestro cuerpo reacciona a nuestro día a día, y lo que a veces parece no ser importante, a la hora de la verdad puede ser clave. Es por ello que prestar cierta atención a nuestro cuerpo, a nuestro estado, puede permitirnos darnos cuenta de nuestro estado de ánimo, nuestra alimentación, nuestro cansancio físico y/o mental, nuestro sueño, etc., ya que todos estos factores afectarán al entrenamiento, durante el mismo y/o al resultado final.

Entonces ¿qué debemos tener en cuenta cuando corremos por sensaciones?

Lo primero que hay que evitar es el hecho de caer en la falsa creencia de que prestar atención a las sensaciones no se trata de aflojar, bajar el ritmo o simplemente parar al mínimo pensamiento negativo. Más bien aprender a escuchar, escalar esos pensamientos y ver si realmente se trata de una alarma real o simplemente un pensamiento creado por nuestro cerebro para acabar con el estrés al que estamos sometiendonos. No olvidemos que un entrenamiento es una carga para nuestro organismo por lo que genera estrés sobre el mismo.

Tampoco se trata de entrenar sin mediciones ni parámetros. La información es clave para entender qué estamos haciendo, por esto mismo para entender mejor lo que nos pasa, poder saber cuando aparecen las señales, de qué manera y con qué impacto (si hay una subida del cardio, una bajada del ritmo,…) nos permitirá entender mucho más nuestro rendimiento y así no solo mejorar sino poder crear palancas a accionar en carrera y asegurar así un mejor resultado.

Por otro lado, un entrenamiento bien hecho siempre suma, pero un entrenamiento forzado por no atender a una señal real puede restar mucho. Por ello, no vale la pena arriesgar siempre, si por ejemplo has tenido una semana muy estresante o has dormido poco, durante el calentamiento valora empezar de menos a más, con algo más de cautela y poner el foco en tus sensaciones. Ver como notas el cuerpo, los músculos, las articulaciones, tu frecuencia cardíaca, tu respiración. A veces, esta sobrecarga mental puede sentirse en nuestra musculatura o manera de correr o incluso en nuestro descanso. Y sin duda, esta información puede evitar lesiones indeseadas, sustos y frustraciones a largo plazo.

Así que, a modo resumen y de manera muy genérica, entrenar por sensaciones vendría a ser el hecho de escuchar y tomar consciencia de tu cuerpo al entrenar. Sentir cada parte del durante cada entrenamiento y luego entender y ser capaz de anotar o registrar de algún modo dichas sensaciones o emociones. Y si además puedes comunicarte con un entrenador para que, de manera conjunta, podamos analizar los datos, anotar la información y ajustar las cargas de las próximas semanas, seguro que acelerará el proceso de mejora y el disfrute en cada una de tus sesiones.

Consejos para planificar una temporada

Cada año, todos los corredores sin importar el nivel llegamos a ese momento en el que se acaba la temporada. Puede ser que coincida con el otoño, con el verano, con el fin de año o con ese objetivo principal al que nos hemos enfrentado.

Entonces llega el momento de las pretemporadas, del entrenamiento de base, de volver a encontrar el estado de forma, quemar excesos (si los ha habido) y de construir los cimientos sobre los que podremos ir mejorando. Pero además es también el momento en el que seleccionaremos los objetivos de la próxima campaña.

Para muchos, este momento se convierte en un auténtico quebradero de cabeza. Por un lado tenemos las ganas de lograr nuevos retos y/o de mejorar, por otro, la presión de grupos y amigos que nos pican y que nos pueden llevar a hacer locuras, además en muchos casos, cuadrar calendarios de vacaciones, extraescolares, compromisos y por si fuera poco, el simple hecho de que hoy las inscripciones se agotan rápido, en algunos casos incluso en pocas horas.

Por todo ello, tener la ayuda de profesionales siempre es un punto a favor. Con ello no me refiero a que necesariamente tengamos un entrenador que nos planifique todo, aunque puede ser una garantía, pero, sí podemos consultar y comentar nuestras dudas con un profesional y esto siempre nos permitirá poner un poco más de orden y lógica.

No obstante, y ya que no todo el mundo opta por ello, os dejo a continuación unos consejos para que podáis tenerlos en cuenta a la hora de empezar a trabajar vuestros calendarios.

No llenes el calendario de carreras

Parece obvio, pero no lo es tanto cuando te encuentras a corredores que llegan a hacer 20 carreras al año. O varias carreras de larga distancia seguidas en periodos cortos de tiempo dejando poco tiempo y espacio al descanso, la recuperación o a la preparación de la misma.

Por lo general, en mis planificaciones no suelo tener más de 3-4 competiciones objetivo o objetivos principales (las llamaremos objetivos A), y entre medias, en función de las semanas que disten o de los periodos específicos, podemos añadir lo que se conoce como objetivos secundarios (yo los defino como objetivos B) con los que simularemos y entrenaremos aspectos clave de cara al objetivo principal además de los test (objetivos C).

Pero como ya he comentado, esto es una de las muchas estratégias que existen y que se podrán aplicar en cada caso en función de factores diversos.

Ten en cuenta tu disponibilidad real

Aquí entran en juego muchos aspectos a tener en cuenta. Pero podríamos centrarnos en dos, cuánto tiempo dispongo para cada entrenamiento, y qué me implica la preparación del objetivo.

Como hemos dicho, el tiempo será clave para definir nuestros retos. Si no dispongo de muchas horas (menos de 6h), plantear retos más cortos y asequibles puede ser clave, por lo que carreras de hasta 3h pueden ser fácilmente entrenables sin dedicar excesivas horas a ello. A partir de las 4h el abanico es inacabable pero poder dedicar unas 6-9 horas a la semana nos dará muchas garantías para poder disfrutar carreras de maratón, etapas o incluso alguna ultra corta. Por encima de esto, todo es cuestión de subir las horas y ver el punto de asimilación.

Por otro lado, he comentado lo que implica poder preparar un reto. Por ejemplo, está claro que no es lo mismo correr al lado del mar, que a 3000m de altitud. Del mismo modo, no es lo mismo correr por una pista que por una cresta. Pues todo ello afectará a nuestro entrenamiento, ya que si para poder entrenar correctamente, debemos desplazarnos, acceder a zonas controladas, o que pueden tener momentos del año con nieve, todo ello nos limitará a la hora de poder preparar correctamente nuestro objetivo, tendrá un coste o incluso deberá ajustarse a la disponibilidad familiar, laboral, etc., de cada caso.

Define los periodos de descanso

Si el entrenamiento es una parte importante para nuestra mejora, el descanso también. Por ello es clave saber definir durante el año, aquellas semanas en las que bajaremos la carga de nuestras sesiones, o incluso en las que pararemos por completo para dejar que el cuerpo se recupere no solo a nivel físico tras una competición o esfuerzo máximo, si no también a nivel mental.

Aunque no lo veamos la fatiga no radica solo en la parte muscular, tanto el sistema nervioso como el inmune sufren tras nuestros entrenamientos y/o nuestras competiciones y darles un periodo de descanso es necesario para su recuperación. Por ello, dedicar un tiempo a definir estos periodos es siempre un punto extra para el buen funcionamiento a largo plazo.

Dedícale tiempo al trabajo de base

Desde hace años, se ha dicho aquello de “corre lento para correr rápido”, pero no ha sido hasta hace poco que los corredores lo han ido implementando no solo a nivel élite si no a nivel popular.

La base siempre será el pilar principal sobre el que podremos ir construyendo y añadiendo nuestra mejora, es por este motivo que es clave dedicarle un gran volumen de trabajo. No quiere decir que siempre estemos haciendo base, pero cuanto más grande sea ésta, menos riesgos de lesiones, mayor tolerancia a la carga y por tanto mejor asimilación y mejora tendremos.

Ten un plan B

¿Quién no sueña con correr en Zegama o en el Ultra Trail du Mont Blanc por ejemplo?
Este tipo de eventos tan especiales y con demandas exageradas deben optar soluciones para cómo gestionar el volúmen de peticiones de dorsal y por ello se realizan los famosos sorteos.

Si tienes en mente meter un objetivo cuyo dorsal vaya por sorteo, siempre será recomendable definir un plan B por si no se diera la suerte y nos quedáramos sin dorsal. Esto puede ser, bien buscar otras carreras en mismas fechas y con características generales, o bien establecer qué se hará en ese periodo que se iba a destinar a preparar ese objetivo específico, ya sea volver a reforzar base, descansar, etc…

Llegados aquí, estos consejos nos podrán ayudar a tener un poco más claro que critérios podemos tener en cuenta a la hora de definir nuestro calendario de carreras y nos ayudará a tener el guión para poder saber en qué semanas podremos incrementar la carga o la intensidad o en cuales descansaremos y podremos recuperarnos de la fatiga acumulada.

Si tenéis cualquier duda o si queréis que os ayude con vuestras planificaciones, podéis contactar conmigo sin ningún compromiso.

Enamorado de todo esto

Hay veces en nuestro día a día en los que necesitamos un extra de energía, un chute de endorfinas, y sin duda, eventos como la Trail Andorra 100 me hacen sentir de nuevo que vale la pena seguir luchando.

Constantemente vivimos expuestos a malas noticias, estrés, emociones que no sabemos o no podemos gestionar y es cuando todo esto, de repente nos hace entrar en espirales de las que a veces nos cuesta demasiado salir, incluso pudiendo causar lesiones físicas, emocionales o mentales que nos impidan vivir con normalidad.

Mi consejo frente a esos momentos, rompe la espiral.

Sí, es muy fácil decirlo y muy complicado de hacer, lo se, no obstante, tenemos miles de opciones que nos ayudarán a poder hacerlo más fácil. No hace falta subir al Everest o cruzar el mar nadando, solo acercarnos a aquello que nos hacía sentir vivos y descubrirlo de nuevo.

Y para muestra un botón.

Todos sabemos lo sucedido con cierta pandemia en 2020 y 2021, a mi personalmente me pilló en un cambio de rumbo profesional importante, ya que meses antes me hice autónomo y justo en marzo 2021 arranque un proyecto emprendedor. Así que fueron meses muy duros. Pero cuando todo se relajaba un poco vino el mayor golpe emocional. Nunca sabes como te puede llegar a afectar una enfermedad de un familiar cercano, en mi caso el Alzheimer de mi madre me hundió por completo.

El resultado, una lesión que el fisio no encontraba, que las imágenes no enseñaban pero que me impedía correr ni tan siquiera 100 metros. Semana tras semana, la cosa no mejoraba, la espiral me iba comiendo cada vez más. La solución fue simple. Relajé la mente, me vestí de correr y salí poco a poco.

Había molestias, pero poco a poco me autoconvencía de que no eran tan molestas, que no iba a pararme de ningún modo. Y seguí. Me visualicé cruzando la meta del UTMB y que mi madre me estaba viendo como en todas esas carreras en las que siempre había estado. Y seguí corriendo. Nada me iba a hacer parar salvo romper lo que no estaba roto.

Rompí la espiral.

Unos días más tarde corrí la Val d’Aran by UTMB y a los dos meses la OCC en el Ultra Trail du Mont Blanc (esto lo tenéis en otro post explicado con detalle).

Este fin de semana volvía a estar en un momento complejo, no estaba motivado, venía de un parón vacacional (y muy necesario) y sentir el ambiente de un gran evento me volvió a enchufar, me hizo sentir ese gusanillo dentro, volví a disfrutar como un niño pequeño del correr, algo que tengo a mi alcance en cualquier momento y que ya lleva conmigo 27 años.

A veces solamente necesitamos volver a recordar porqué nos enamoramos de lo que hacemos.

Entre Vielha y Chamonix

Como para mucha gente, este año ha sido un año un tanto extraño.

Al principio nos prometieron que todo mejoraría, que la pandemia no sería lo que fue y nos tomamos esas afirmaciones con ganas y con mucho optimismo. Pero la realidad fue que el virus seguía haciendo estragos, y que para los corredores, las carreras iban a ser un tabú por lo menos unos meses más.

De repente hubo una pequeña luz, las restricciones empezaron a remitir y muchas de las grandes carreras del calendario volvieron a mover ficha. Era el momento de probar suerte en el sorteo para poder correr en una de las pruebas del Ultra Trail de Mont Blanc, pero como era de esperar, no pudo ser, así que, tras el fiasco, decidí ir a la PDA de la Val d’Aran by UTMB, ya que es una carrera con la misma distancia y con un desnivel similar al de la OCC, eso sí, algo más técnica.

A medida que mi gran cita se acercaba, mis nervios y miedos iban creciendo, pero no fue hasta cinco semanas antes que todo se volvió aún más estresante si cabe. Los gemelos no me daban para más, y un dolor punzante apareció de golpe en uno de ellos. Correr era un suplicio y apenas era capaz de llegar a la esquina. Así que de urgencia, y gracias a Eric M. conseguimos hacer una ecografía que nos mostraría si había rotura o no.

Llego a la clínica, y tras la eco, «Negativo, no se ve ningún signo de rotura». Fueron las palabras que más me apetecía escuchar en aquel momento, pero la realidad era que eso tampoco iba a solucionarme el problema. El dolor persistía y tras varias sesiones de fisioterapia, parecía que la cosa iba a mejor, pero el tiempo se nos echaba encima.

De repente me llega un email de la UTMB.

«Con motivo de las restricciones entre países de fuera de la Unión Europea, los días 22 y 23 de junio, se van a abrir nuevas plazas para acceder al UTMB», así que el día 22 a las diez de la mañana, ahí estaba yo delante del ordenador volviendo a probar suerte. Al acabar la inscripción, ya estaba todo confirmado, en un par de meses iba a estar en la OCC del UTMB.

Una mezcla de emociones invadió en ese momento mi cuerpo, por un lado, estaba exultante, había conseguido un dorsal para una de las carreras más importantes del mundo, la cima del trail a nivel europeo y mundial. Pero al mismo tiempo, en dos semanas, tenía la PDA de la Val d’Aran by UTMB, llevaba tres semanas sin poder correr y ahora además entre ambas sólo tendría un mes y medio, que tratándose de estas distancias y esfuerzos, es relativamente poco.

Sin saber aún bien bien porque ni como, el dolor remitió. Quizás fuera algo psicológico, quizás las manos de Eric fueron el milagro o quizás la suma de ambas cosas, el caso es que la última semana y media pude tener sensaciones de correr al menos 45 minutos. Pero el reto era mayúsculo, ¿sería capaz de aguantar los 55 kilómetros?

La respuesta ya la habréis visto en mis redes sociales, en 9 horas y 15 minutos crucé la meta más exigente que nunca había corrido hasta el momento. Y un mes y medio más tarde, volví a enfrentarme a la distancia y volví a lograrlo, aunque esta vez lo hice en 8 horas y 6 minutos, y con muchísimo menos sufrimiento.

Ciertamente, hay mucho que no cuento, o que ya he contado en los posts de instagram y en lo que no quiero volver a hacer hincapié. Pero, me gustaría hablar de un tema mucho más complejo.

En estos meses, he estado más unido que nunca a mi fisioterapeuta, en el cual tengo una confianza ciega y con el que siempre cuento a la hora de saber cómo están mis piernas o cuando siento que algo no está funcionando como debe. Pero además, he tenido la suerte de contar con un soporte en Val d’Aran que sin esperar nada a cambio y estando en su tiempo libre, decidió implicarse en mi carrera como nadie y fue haciendo un seguimiento de mis pasos brutal. Esa persona es Carlos S. «Carlitos», alguien sin el cual posiblemente no hubiera llegado hasta la meta, y que cuando hizo falta, apareció para dar ese empujón psicológico y moral diferenciador.

En Chamonix, me acompañó durante la carrera Sandra V. mi mujer, mi acompañante de viaje a la que le estoy agradecido obviamente por lo que hizo ese día, pero que no es nada comparado con lo que hace cada día. Pero además, fue en Chamonix donde ocurrió algo aún más increíble y es que tuve la gran suerte de poder ser ese asistente y apoyo durante la carrera de uno de los corredores que entreno, Toni B.

Toni se enfrentaba a la UTMB con sus 170 kilómetros de carrera y sus 10000 metros de desnivel acumulado. Y sí, aunque sea su entrenador y hayamos ido siguiendo los pasos semana a semana, creo que íbamos muy por debajo de lo que realmente debíamos ir. No todo el mundo tiene las horas que le gustaría o las necesarias para poder entrenar en concordancia con tan gran esfuerzo, por ello, y basándome en el papel se podría decir que era prácticamente imposible acabar.

El plan inicial era llevarle una bolsa de vida a Champex Lac y luego esperar en meta. Pero tras la primera noche haciendo el seguimiento mediante la app, y viendo las duras condiciones a las que se estaban enfrentando de frío, mi cabeza pensó en esa sensación de soledad que se tiene en las ultras, así que decidimos ir a verlo a la Fouly y desde ahí estar en cada punto de paso.

Y así fue, Sandra y yo le seguimos en carrera de avituallamiento en avituallamiento, preparándole batidos, pidiéndole sopas con arroz, peleándonos con la organización al no saber a qué hora llegaría, incluso velamos sus sueños en algún momento, pero siempre esperando poder ayudar con ese empujón moral. Porque en esos momentos en los que estamos tan cerca del límite, lo que es ideal deja de serlo, el plan establecido puede pasar a ser algo secundario y lo más simple, un abrazo, una broma o simplemente un baile, puede tornarse en algo mágico y poderoso capaz de hacernos seguir dando zancadas hasta el final, e incluso de hacer posible lo imposible.

En mi caso, mirando atrás con la perspectiva necesaria y tras reflexionarlo y analizar todo, saco una conclusión que muchas veces habremos oído o creído pero que no siempre valoramos de la manera que se merece.

A veces, cruzamos la meta por nosotros, por demostrarnos a nosotros mismos que podemos, pero en ocasiones, en los grandes retos, necesitaremos algo más, y es entonces cuando entran en juego las personas. A veces serán los que están en el proceso previo a la carrera, entrenadores, fisioterapeutas, nutricionistas, compañeros de entrenamiento… Otras veces se necesita a quienes están en meta esperándonos para acompañarnos los últimos metros, un hijo o hija, una pareja, una familia, unos padres… Pero no todo queda ahí, habrá veces en las que necesitaremos que esas personas nos acompañen un poco más allá y vengan a vernos durante el recorrido, que pasen frío o incluso sueño… e incluso en ocasiones, por desgracia puede que lo hagamos por quienes ya no puedan estar.

Lo curioso es que siempre, en todo momento, el denominador común de esas grandes metas son, las personas. Son las personas las que nos ayudan a lograrlo.

Por ello, quiero dar las gracias por hacerme ir más allá a quienes me dejan estar y a quienes han estado y estarán.

«Si caminas solo irás más rápido, si caminas acompañado irás más lejos»

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